Quiero que lo sepas. Que te quede bien claro. Que esa certeza que tenías en nuestros mejores momentos te sea ahora también cristalina. No pasa ni pasará un dia en que no te piense. No hay ni habrá tiempo que no me recuerde a tí. No existe, ni existirá, una verdad desnuda tan grande como ésta. Ya lleguen los peores momentos por venir, los minutos amargos, el miedo, la pena, la locura...ya llegue la muerte o la resurrección de la carne, tengas para tí esto que digo: siempre estaré ahí por tí. Como un faro en tempestad, por tí, porque te quiero con toda mi alma.
No te confundan las formas, las palabras, las gentes, los años...mi sentimiento es verdadero, y permanente. No se gasta. Es el regalo del corazón agradecido, cándido, que ha conocido el amor verdadero contigo.
Te ruego que me perdones, Erica, mis fallos si los tuve, mis malas formas si las tuve, mi desgana, mi estupidez y mi inexpresividad si las tuve...que las tuve todas.
Pase lo que pase, eres mi niña.